Himno a Isis

Himno a Isis

viernes, 10 de febrero de 2017

Un equipo de la Universidad de Jaén en Egipto realiza un TAC a cinco momias

El Proyecto Qubbet el-Hawa que dirige la Universidad de Jaén (UJA) en Asuán (Egipto) ha realizado el TAC a cinco momias halladas en su necrópolis, para estudiarlas y analizarlas de una manera no destructiva, manteniendo su envoltura original de vendas de lino colocadas en el proceso de momificación.



Es la primera vez en la historia que una misión extranjera, en este caso la que dirige el profesor de Egiptología de la UJA Alejandro Jiménez, ha podido aplicar la tecnología TAC a las momias halladas durante sus excavaciones, gracias al convenio firmado el pasado año entre las Universidades de Asuán y Jaén.

Los análisis, según informa la UJA en un comunicado, han sido realizados en el Hospital Universitario de Asuán, contando con la presencia del director del proyecto.

Éste estuvo acompañado por el rector de la Universidad de Asuán, Abdelkader Mohamed Abdelkader; el técnico especialista supervisor de toda la operación, Ashraf Mohamed; el director de la oficina del Ministerio de Antigüedades de Asuán, Nasr Salama, y el equipo de antropología de la Universidad de Granada que forma parte del proyecto, compuesto por Miguel Botella, Inma Alemán y Ángel Rubio, entre otras personas.

La técnica de la tomografía computerizada, realizada con la última tecnología en escáneres (100 cortes) permitirá a los investigadores poder estudiar sin dañar las momias diferentes aspectos como la edad, las posibles patologías que sufrieran en vida, los amuletos u objetos de adorno que pudieran portar, las técnicas de momificación y cualquier aspecto ritual que contengan.

Alejandro Jiménez ha explicado que "antes de los análisis, conocíamos sus nombres y su sexo gracias a las inscripciones que portaban los sarcófagos en los que fueron enterradas, pero poco más" y "a partir de los análisis, esperamos reconstruir aspectos sobre la vida y la muerte en el Egipto faraónico de hace más de 2.500 años".

Los resultados de los análisis serán analizados por el equipo de Antropología Física de la Universidad de Granada, que forma parte del Proyecto desde el año 2009.

La misión arqueológica que dirige la Universidad de Jaén en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, frente a la ciudad egipcia de Asuán, se encuentra realizando su novena campaña de excavaciones, que se prolongará hasta el 17 de marzo, para lo que cuentan con la financiación de un proyecto I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad.

En total, el equipo multidisciplinar que dirige la UJA está formado por una treintena de investigadores, principalmente pertenecientes a la propia Universidad de Jaén (de áreas como Historia Antigua, Química Inorgánica, Cartografía, Geodésica y Fotogrametría, y del Instituto de Investigación en Arqueología Ibérica), así como de otras universidades como Granada, Autónoma de Madrid, Alcalá de Henares, Londres, Carlos de Praga y Lovaina (Bélgica).

Fuente: El Diario


martes, 7 de febrero de 2017

German Archaeologists discover ancient Egyptian children's feet impressions

Colourful wall-paintings, mortar-pits with feet impressions of children and moulds for royal amulets were discovered in Piramesse ancient City (recently known as Qantir) in East Delta.
The Piramesse excavation team of the Roemer- and Pelizaeus-Museum in Hildesheim in Germany, has uncovered parts of a building complex as well as a mortar pit with children footprints and a painted wall, Head of the Ancient Egyptian Antiquities Department, Mahmoud Afifi announced. He describes the building complex as "truly monumental" with its extension of about 200 x 160 metres.
The layout makes an identification as a palace or a temple very likely. Mission Director Henning Franzmeier explains that based on the results of the magnetic measurements, carried out last year in order to determine the structure of the ancient city, a field was rented beneath which relevant structures were to be expected. In this area parts of a building complex are located.
In addition, he went on, to the archaeological potential of the site it had been chosen for its proximity to the edges of the modern village of Qantir which endangers with its fast growth the antiquities beneath the agricultural fields around.
Franzmeier said that the team has also uncovered an area of about 200 sqm. It is the goal of this works to understand a potential entrance to the monumental building which non-typically seems not
to be located in the axis of the complex but in its North-western corner. Furthermore a second small trench was laid out in an area where we believe the enclosure wall can be traced. "The finds and
archaeological features uncovered are most promising," he pointed out adding that just a couple of centimetres beneath the surface a multitude of walls was uncovered. They can all be dated to the
pharaonic period. Due to the limited size of the trenches no buildings can be reconstructed so far. Nonetheless it is obvious that the stratigraphy is extremely dense and several construction phases are preserved; not all the walls are contemporaneous.
The team has also found a mortar pit extending to at least 2.5 x 8 metres. It still preserves a layer of mortar at the bottom which shows footprints of children which most probably mixed the components of the mortar. Even more extraordinary is the filling of the pit as it consists of smashed pieces of painted wall plaster.
"No motifs are recognizable so far but we are certainly dealing with the remains of large-scale multi-coloured wall paintings," said Franzmeier. The team has cleaned it in situ and subsequently removed. A comprehensive excavation of all fragments followed by permanent conservation and the reconstruction of motifs will be subject of future seasons.

Ancient Egyptian Antiquities Department




La joya faraónica robada a los españoles aparece en Londres

Una importante figura de madera egipcia, una auténtica joya faraónica, fue encontrada por un grupo de arqueólogos españoles en el año 2009 en una colina en la ciudad de Asuán, al sur del país y donde se encuentra uno de los lugares más representativos de la historia de Egipto: Abu Simbel, un conjunto de templos que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad y que es uno de los lugares más visitados no solo de Egipto, sino de todo el continente Africano.


El sarcófago ushabti encontrado por la expedición española
MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES DE EGIPTO

Esta figura de madera es realmente un sarcófago ushabti del Antiguo Egipto. Es una figurilla funeraria que se colocaba en las tumbas con la creencia de que sus espíritus trabajarían para el difunto en la otra vida. Los arqueólogos la encontraron, como hemos indicado, en 2009, pero fue posteriormente robada en el año 2013, junto a otras piezas en un expolio ocurrido en Asuán.

Desde entonces nadie ha tenido rastro de esta figura de madera egipcia, como recoge el diario El Mundo. Sin embargo, ahora un conservador del Museo Británico de Londres, que trabaja en un proyecto en el sur de Egipto, se la encontró de casualidad en un anticuario londinense.

Según comenta Alejandro Jiménez, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Jaén, hace un par de años dio una conferencia en Asuán en la que dijo que había sido robada esta figura. Allí estaba el conservador del Museo Británico que ahora, de casualidad, la ha encontrado en un anticuario.

Le mandó una fotografía a Alejandro para que pudiera confirmar que era esta figura la joya faraónica que fue robada. Cuando vio la imagen, el español no tuvo duda: era la pieza. “Nos pusimos inmediatamente en contacto con el Ministerio de Antigüedades y felizmente se ha logrado recuperar”, asegura Alejandro Jiménez.

La estatua mide 16,5 centímetros de altura y está tallada en madera con diferentes elementos decorativos. Actualmente se encuentra en la embajada egipcia en Londres, a la espera de terminar todos los trámites diplomáticos y ser devuelta a su país de origen.

La importancia de esta pieza reside en que es uno de los primeros ushabtis de la historia egipcia. “Perteneció a Sarenput el joven. Su factura es excelente. Precisamente fue robada unos meses antes de que llegara una especialista para realizar un análisis y determinar si la madera era local o extranjera”, detalla el español Alejandro Jiménez.

Cuando vuelva a Egipto, la pieza va a ser examinada minuciosamente, ya que en el mercado negro le han eliminado algunas partes que estaban deterioradas por las termitas.

Pero esta figura no es la única que ha sido robada. Entre 2009 y 2013 hay un total de 34 piezas que se desconoce su paradero. Recientemente, el Ministerio de Antigüedades localizó una máscara funeraria en Francia. Muy probablemente estas piezas estén repartidas por todo el mundo después de haber circulado por el mercado negro.

Al menos este grupo de arqueólogos españoles que llevan trabajando en la zona desde 2008, ha logrado recuperar una de las piezas más importantes.

Fuente: El Mundo

El sarcófago ushabti encontrado por la expedición española 
MINISTERIO DE ANTIGÜEDADES DE EGIPTO

Hallan la tumba de un desconocido escriba real en Egipto

Arqueólogos japoneses han descubierto en la necrópolis tebana en Luxor la tumba de un escriba real hasta ahora desconocido llamado «Khonsu», de época ramésida (dinastías XIX y XX).

«Durante la limpieza de la parte oriental del patio delantero de la tumba de Userhat (un alto funcionario bajo el rey Amenhotep III), se encontró un gran agujero tallado en el muro septentrional, y al arrastrarse por el agujero, se encontró que conduce a la pared sur de la sala de la recién descubierta tumba de Khonsu», explica el profesor Jiro Kondo, director de la misión de la Universidad de Waseda.

Se trata de una tumba en forma de T, con una entrada que conduce a una sala y a una cámara funeraria. En su interior se representaron diversas escenas en las que aparece el propietario de la tumba junto a su esposa realizando ofrendas a los dioses Isis y Osiris, o una del barco del dios del sol, adorado por cuatro babuinos.

Los arqueólogos esperan encontrar más ornamentación en la sala interior, actualmente cubierta por grandes bloques de piedra que aún no han sido retirados.

Tumba del escriba real Khonsu de la época ramésida descubierta en el sur de Egipto.
 UNIVERSIDAD DE WASEDA

Escena de un barco solar adorado por babuinos
UNIVERSIDAD DE WASEDA

Ornamentación de la tumba de Khonsu
UNIVERSIDAD DE WASEDA

viernes, 13 de enero de 2017

Teaching Egyptians to read ancient plants: Pioneering the field of archaeobotany in Egypt

Sherief Abdellatif Elshafaey Attia sits alone in a lab surrounded by cupboards filled with desiccated plants in the herbarium at Helwan University’s Department of Botany and Microbiology. He is currently the only Egyptian botanist in Egypt who examines millennia-old plant

“Archaeological science is not a common field here,” Elshafaey tells me, “so you will face a lot of problems if you want to study botany and archaeological plant remains.” Mennat-Allah El Dorry, an archaeobotanist at the Ministry of Antiquities’ Scientific Office, agrees: The separation of sciences and archaeology at Egyptian universities is one reason why Elshafaey is the only Egyptian taxonomist doing archaeobotany.

It’s not just archaeobotany. Archaeological science — the application of chemical and physical sciences to ancient materials — is struggling to gain traction in general. But Dorry and Elshafaey hope this will change.

Why it’s almost impossible for Egyptians to study archaeobotany in Egypt

As Dorry explains, university students are either in the humanities or the sciences, and archaeology is considered a humanities field. This creates a drastic divide between archaeology and science. “So what happens is, archaeological sciences are not in any way taught in the Faculty of Archaeology, with the exception of conservation,” according to Dorry.

The study of ancient plant remains allows archaeologists to “dig very deep into ancient lives and environments by allowing an understating of the very basic needs of humans,” Dorry explains. Archaeobotanists shift through soils and sands for macro-botanical remains — minute traces of plants, like seeds and fibers, that are desiccated or charred — and analyze them under a microscope.remains to understand the ancient Egyptian environment, its diets and food economies.

Charred cereals

Yet identifying plant species from such decayed fragments is only possible if archaeobotanists have a strong background in botany, and particularly taxonomy — the classification of plant species. Without access to the physical sciences, archaeology students are cut off from the tools required to address complex issues of ancient environment and health.

Botany undergraduates are similarly restricted, according to Elshafaey. Their only opportunity to learn about ancient plants and how they were used is in their fourth-year flora class, where — depending on the professor — one or two lectures might be devoted to archaeobotany. There are currently no options to pursue archaeobotany in the faculty of biology. But this wasn’t always the case.

The founding of the Helwan herbarium and the loss of a mentor

Elshafaey would not have been able to work in archaeobotany without his former advisor, the late Ahmed Gamal-Eddin Fahmy of Helwan University. Fahmy, who studied botany at Cairo University and received his PhD from Göttingen University in Germany in 1995, first brought archaeobotany to the department as part of the plant taxonomy program. This enabled him to train some younger biologists to study ancient plants, including Elshafaey and Adel Moustafa Ahmed, who is completing his PhD in archaeobotany at the University of Vienna, Austria.

Fahmy, who lost a battle to cancer in 2013 at the age of 51, worked tirelessly to establish the herbarium and associated archaeobotany lab at Helwan University. It eventually happened in 2006, utilizing grants from the American National Science Foundation and the Egyptian Science and Technology Development Fund. Today, the herbarium has a library and several advanced microscopes, as well as computers and software programs, for analyzing macro and micro plant remains. There are also more than 10,000 samples of modern Egyptian plants in the herbarium’s reference collection, compiled and studied by Fahmy and his graduate students.

Fahmy had big plans for archaeobotany in Egypt. “Professor Fahmy planned to make a program for archaeobotany in the biology department and he wrote a full proposal with a complete course,” says Elshafaey. “He wanted to deliver it to the president of the university, but unfortunately he died before he could.”

Now the once bustling lab is now practically empty, with Elshafaey singlehandedly attempting to keep archaeobotany alive at Helwan University. He works essentially alone in the lab researching ancient plants from archaeological sites across Egypt for his PhD.

Modern plant samples at the herbarium. Photo: Meredith Brand

As a teaching assistant, Elshafaey also teaches the fourth-year flora course and dedicates several classes to archaeobotany, specifically theoretical issues related to how humans interacted with plants and their environment. He has also introduced a practical component, whereby between 20 and 30 students examine the herbarium’s small collection of ancient plant remains.

Elshafaey remembers Fahmy as a dedicated scholar and mentor, who “in his heart and soul was a committed botanist and archaeobotanist.” He wants to complete his mentor’s work by creating the research and teaching program at Helwan University. Without having completed his PhD, however, Elshafaey’s ability to enact change within the university is still limited.

“I need to expand this science in Egypt, but we need another professor like Fahmy to expand archaeobotany again,” he says. “Egypt is so important – we need a good reference collection in Egypt and Egypt deserves a good archaeobotanist.”

What’s needed to learn to read seeds


When botany students study the small archaeological sample collection at the Herbarium, Elshafaey says, they “say, ‘wow!’ and are amazed to see charred material, charred barley and grains.” Yet they only get to see a fraction of the full spectrum of ancient plant species in their varying states of preservation.

Elshafaey and Dorry agree that one of the biggest challenges in archaeobotany education – beyond not having a department that sanctions archaeobotany – is the lack of a comprehensive ancient plants reference collection in Egypt.

“Archaeobotany is not easy,” says Dorry. “You really need to know a lot of taxa and need to understand the taphonomy [knowledge of fossilization processes], or what happens to the plants.” Students need regular access to extensive reference collections of ancient and modern plants in order to learn how to identify remains.

“We were living in the reference collection,” recalls Dorry of her masters degree in archaeobotany at University College London. “It was a very important part of our training. We would look at seeds under the microscope and draw them, paying attention to the morphology, so we would learn how to read a seed.”

The only archaeological plants reference collections in Egypt, according to Dorry and Elshafaey, are the modest one at the Institut français d’archéologie orientale (IFAO) and the Cairo University one, which is inaccessible to outside researchers. So for Elshafaey’s students, the IFAO is the only place to gain hands-on experience with ancient plants and he regularly takes small groups of students to examine its collection.

The lack of reference collections of ancient plants in universities is due to the lack of active archaeobotany research in these institutions. As Dorry explains, the Ministry of Antiquities needs to approve the transfer of any archaeological sample from its site to a certifiable lab in a complex process that can take a significant amount of time. Elshafaey says Fahmy was able to transfer some samples to the Helwan University lab, as it is an approved facility. “But the situation changed after the death of Prof. Fahmy,” he adds, and archaeobotanical research declined.

Dorry suggests that to build reference collections, a cooperation between different excavations in Egypt to send samples to labs in Egypt is needed. She herself is heading up the new archaeobotany lab at the Ministry of Antiquities’ National Museum of Egyptian Civilizations, set to open in Cairo’s Fustat district in 2017, where she will develop a full reference collection, carry out analyses, and train Ministry of Antiquities inspectors.

Creating a culture of archaeobotany


The importance of archaeobotany and its research potential must be recognized before change can occur. Elshafaey and Dorry are working towards this goal by giving lectures and training courses to students at other universities, and to inspectors in the Ministry of Antiquities.

These inspectors are crucial figures in Egyptology. According to Dorry, they carry out numerous tasks, including monitoring archaeological sites, working with foreign missions to ensure they stick to their contract with the ministry, carry out rescue and salvage excavation, and deal with bureaucracy. Almost all are graduates of faculties of archaeology, and as such many have not been exposed to archaeobotany or indeed any archaeological science.

Unlike other artifacts, ancient plants are mixed into soil and are not immediately visible during an excavation, explains Dorry, which is why archaeologists need to be trained in soil sampling techniques to recover them. Dorry trains inspectors because she wants to introduce them to the importance of sampling and the kinds of questions enabled by archaeobotany. This gives them a more complete picture of archaeology and enables them to collect samples on their excavations for future archaeobotanical studies.

Since 2014, Elshafaey has helped teach an IFAO training program for inspectors and archaeology graduate students from universities all over Egypt, aimed at providing instruction on a wide range of topics.

During the intense two-week course, trainees receive “basic training in all techniques used during archaeological excavation, such as excavation, stratigraphy, surveying, photography and drawing, as well as related studies including pottery, archaezoology, archaeobotany and physical anthropology,” explains Belgian Egyptologist Laurent Bavay, director of the IFAO. They spend two more weeks working on one of the 30 IFAO excavations in Egypt, he says.

Anita Quiles, director of IFAO’S archaeometry lab, says Elshafaey’s courses are “an excellent opportunity for trainees to have a precise and cutting-edge overview of how to lead an archaeobotanic study.”

“A majority of the inspectors do not have any idea about plants at first,” Elshafaey says, so he starts his classes by introducing plants and plant systems, before discussing archaeobotany and showing examples from the IFAO’s ancient plant reference collection. “A lot of inspectors are interested in doing a masters or a PhD, but they don’t have topics for their thesis. If I can teach archaeobotany, it can open their minds to another field.

Dorry reports the biggest hurdle for archaeobotany in Egypt is the misconception that there are no career options in it. That’s simply not true, she says: “So many field projects need archaeobotanists, and there are not enough to go around.”

Helwan University’s Department of Botany and Microbiology

Hallan en Egipto una docena de tumbas excavadas en roca de tiempos de Tutmosis III y Amenhotep III

Un equipo de arqueólogos suecos ha hallado cerca de Asuán una docena de tumbas excavadas en la roca que datarían del Imperio Nuevo, posiblemente de los reinados de los faraones Tutmosis III y Amenhotep III, según informa el Ministerio de Antigüedades de Egipto.

En el lugar, una zona llamada Gebel el-Silsila, se han hallado 12 tumbas excavadas en la roca, así como tres criptas y dos nichos posiblemente utilizados para ofrendas, una tumba con múltiples enterramientos de animales (entre ellos el de un cocodrilo) y tres tumbas infantiles. Los expertos creen que las tumbas podrían pertenecer a una familia completa.


En ellas han encontrado varios cuerpos completos, así como pruebas de desnutrición en algunos de los restos y de huesos rotos que fueron el resultado de un trabajo pesado, según indicó Maria Nilsson, directora de la expedición junto con John Ward. Muchas de las lesiones parecen estar en un estado avanzado de la curación, lo que sugiere una asistencia médica eficaz, según añadió Nelson.


En el cementerio también se han hallado sarcófagos, fragmentos cerámicos, amuletos y escarafeos.



Arqueólogos suecos de la Lund University trabajan en la zona desde 2012 y sus hallazgos, como las 43 tumbas descubiertas en 2015 o los restos de un antiguo templo, han sido calificados como «importantes» por Mahmoud Afify, ministro de Antigüedades egipcio, porque está cambiando la percepción de la historia de Gebel el-Silsila.

Se espera que próximos estudios revelen más datos sobre los allí enterrados y los cementerios descubiertos.

Fotos: Ministerio de antigüedades

Fuente: Ministerio de Antigüedades y ABC

Las tumbas halladas en Gebel el-Silsila



domingo, 17 de abril de 2016

Descubren en el sur de Egipto vestigios de la que podría ser la barca sagrada de Hatshepsut

La representación femenina de Hatshepsut (resaltado por las líneas rojas) que más tarde fue sustituido por la imagen de un rey masculino (Foto Instituto Arqueológico Alemán)

Arqueólogos alemanes han descubierto en el sur de Egipto los vestigios de la que podría ser la barca sagrada de la reina Hatshepsut, que gobernó el país del Nilo hace más de 3.500 años, ha informado el Ministerio egipcio de Antigüedades.
El jefe de Egiptología de ese departamento, Mahmud Afifi, ha explicado en un comunicado que los arqueólogos hallaron varios bloques de roca en la isla Elefantina, situada en el río Nilo frente a las costas de la ciudad meridional de Asuán.
Según la nota, es probable que esos bloques hayan formado parte de la sala de la barca sagrada de Hatshepsut, que estaba dedicada al dios Jhnum, representado como un hombre con cabeza de carnero.
Según las creencias de la época faraónica, Jhnum fabricó al ser humano del limo del río Nilo y se le rindió culto en Asuán como la divinidad que creó este curso de agua para que la vida floreciera en sus riberas.
Las piezas tienen esculpidas imágenes de la reina con forma de mujer, lo que subraya la importancia del descubrimiento, ya que en los primeros años de su reinado Hatshepsut aparecía con estos atributos, pero posteriormente se caracterizaba como un hombre. En ese sentido, Afifi ha recordado que hasta ahora son escasos los descubrimientos que muestran a la reina con apariencia de mujer.
Asimismo, ha señalado que este hallazgo ayudará a aclarar los lazos entre la faraona, perteneciente a la XVIII dinastía, la región de Asuán y las creencias religiosas que imperaban en la isla de Elefantina durante su reinado.

Detalle del curtucho con el nombre borrado de Hatshepsut.  (German Archaeological Institute)

Por su parte, el director del departamento de Antigüedades de Asuán, Nasr Salama, ha avanzado que los expertos alemanes van a estudiar cómo reconstruir la sala a la que supuestamente pertenecieron los bloques hallados. Salama ha explicado que la sala tenía en sus cuatro lados un conjunto de columnas en las que aparecen imágenes del dios Janum y otras divinidades.


Pilar erigido por la reina Hatshepsut para el dios Khnum (foto instituto arqueológico alemán)